Personalmente creo que todo el tema de la dictadura militar es un tema que el chileno no debería olvidar nunca ni perdonar. Solemos soltar la cuerda de la permanencia del dolor y las heridas que nos han causado como pueblo chileno, y registros como éste documental nos ayudan a agarrarla fuerte de nuevo y jamás dar por superado el tema. Tenía el conocimiento de que "El Mercurio" tenía un nivel de participación en la dictadura, pero nunca dimensioné hasta ver el filme lo mucho que estaban relacionados. Agustín Edwards no es un personaje muy conocido por la juventud o la gente en general, sin embargo, creo que eso está mal, ya que él es uno de los protagonistas y responsables del desastre que causó Augusto Pinochet y su mandato en nuestro país, no debió salir impune jamás, pero cómo funcionan las cosas en nuestra nación si lo hizo. Lo que más abate mi corazón es toda esa gente desaparecida y torturada que fue víctima de las atrocidades del diario "El Mercurio" y aún más del régimen militar, jamás tendrá una resolución en esta vida, y menos sus familiares y seres queridos. Actualmente, como sale en el largometraje, el Colegio de Periodistas ha sido la única institución formal que ha podido dar una disculpa pública, pero del diario responsable de montajes y constantes mentiras hacia la población, nada. Por todo esto mismo, creo que jamás hay que olvidar nuestro pasado hasta que se haga algún tipo de justicia, por toda esa gente que jamás mereció la forma en que les arrebataron la vida. Hay que tener consciencia de que el periódico que actualmente sigue publicando e informando a miles de chilenos, es uno de los responsables y cómplices de uno de los actos más crueles de la historia moderna de nuestro mundo.